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La historia del Tarot Evolutivo

  • Foto del escritor: Silván Álamo
    Silván Álamo
  • 21 oct
  • 4 Min. de lectura

Los Orígenes del Tarot: Un Viaje a Través del Tiempo

Por Silván Álamo – Escuela Arte Mayor · Tarot Evolutivo


Cartas Mamelucas, precursoras del Tarot
Cartas Mamelucas, precursoras del Tarot

El Tarot no nació como una herramienta mágica ni espiritual. Su historia se teje a lo largo de siglos, culturas y continentes, revelando cómo un simple juego de cartas se transformó en un espejo simbólico del alma humana. Acompáñame a explorar juntas los orígenes del Tarot, su evolución y cómo llegó a convertirse en la poderosa herramienta de autoconocimiento que conocemos hoy.



De Oriente a Occidente: el nacimiento del Tarot


Los primeros vestigios del Tarot se remontan al siglo IX, en distintas regiones de Asia, donde existían juegos de cartas con propósitos recreativos y simbólicos. A través de la Ruta de la Seda, estas cartas viajaron hacia Medio Oriente, donde aparecieron las referencias simbólicas a los primeros palos y las decoraciones florares y estilizadas típicas del arte árabe. Un ejemplo maravilloso con las cartas mamelucas. Posteriormente, alrededor del siglo XIV llegaron a Europa por el Mediterráneo hasta las costas del Levante español y del sur de Italia, donde hallaron terreno fértil para su evolución cultural y su desarrollo estético y simbólico.

Durante el Renacimiento italiano, el Tarot comenzó a cobrar una nueva dimensión. En las cortes de Milán, Ferrara y Florencia, se crearon las primeras barajas ilustradas —auténticas obras de arte que reflejaban la visión filosófica y espiritual de la época—. Las imágenes, lejos de ser meros adornos, se convirtieron en símbolos cargados de significado, capaces de comunicar ideas profundas a través del lenguaje visual.



De juego a método de adivinación: Etteilla y Tarot de Marsella


El gran punto de inflexión llegó en el siglo XVII, cuando Jean-Baptiste Alliette (Etteilla), inspirado por la ideas místicas del esotérico francés Gébelin, desarrolló un Tarot específicamente para la adivinación. Estas ideas concebían el Tarot como una tradición milenaria surgida en el Antiguo Egipto. De la mano de Etteilla, considerado el primer tarotista profesionao, el Tarot dejó de ser un entretenimiento para convertirse en un instrumento de adivinación y lectura del destino.

Más adelante, el Tarot de Marsella consolidó su lugar como una de las barajas más influyentes de la historia. Fue la primera en producirse de manera masiva gracias a la invención de la imprenta, que abarató los costes de producción y permitió que las imágenes arquetípicas se difundieran ampliamente por Europa.



El Tarot Rider-Waite-Smith: un antes y un después


A comienzos del siglo XX, el Tarot volvió a transformarse con la creación del Tarot Rider-Waite-Smith.Diseñado por Arthur Edward Waite e ilustrado por Pamela Colman Smith, esta baraja introdujo un lenguaje visual mucho más intuitivo y accesible. Cada carta fue cuidadosamente ilustrada para narrar una historia o situación simbólica, facilitando así la interpretación incluso para principiantes.

Su enfoque místico y psicológico lo convirtió en la base de la mayoría de los mazos modernos. Hoy, el Rider-Waite-Smith sigue siendo el Tarot más utilizado en el mundo, marcando el estándar visual y conceptual que guía a millones de lectores.



Los años 60 y 70: la revolución cultural y el despertar del Tarot Evolutivo


Durante las décadas de 1960 y 1970, el Tarot vivió una nueva transformación. La revolución cultural, los movimientos por los derechos civiles y la liberación de la mujer, así como el auge del movimiento hippie, impulsaron una búsqueda colectiva de sentido, libertad y espiritualidad. En ese contexto, el Tarot —especialmente las barajas basadas en el Rider-Waite-Smith— fue redescubierto como una herramienta de crecimiento personal y desarrollo interior.

Es aquí donde la figura del psicólogo suizo Carl Gustav Jung se vuelve fundamental. Jung, en las décadas previas, introdujo conceptos como el inconsciente colectivo, los arquetipos universales y la sincronicidad, que encajaban profundamente con la simbología del Tarot.Para Jung, los símbolos del Tarot funcionaban como portales hacia la psique, permitiendo acceder a contenidos inconscientes y facilitar el proceso de individuación, es decir, la integración de la personalidad y la conciencia del ser.

Gracias a esta mirada junguiana, el Tarot empezó a verse no solo como un instrumento adivinatorio, sino como una herramienta psicológica y terapéutica. Sectores de la psicología abrazaron el Tarot como medio simbólico, y el Tarot, a su vez, encontró en la psicología una forma moderna de expresarse y sanar.



El Tarot contemporáneo: psicología y espiritualidad


Hoy, en pleno siglo XXI, vivimos una nueva revolución del Tarot. Aquello que en los años 70 se llamó tarot evolutivo —centrado en el crecimiento personal y la toma de conciencia— ha dado paso al tarot terapéutico, espiritual y de desarrollo personal.

Hoy en día, gran parte de los lectores de Tarot no buscan predecir el futuro, sino acompañar procesos internos: comprender emociones, sanar heridas, tomar decisiones conscientes y reconectar con la sabiduría interior. Es una práctica de espiritualidad sana y pragmática, enraizada en la consciencia, la reflexión y la conexión simbólica con el alma.

Cada carta, leída desde este prisma, se convierte en un espejo que muestra no lo que vendrá, sino quiénes somos en el presente y cómo podemos evolucionar desde ahí.



El Tarot y el Ser Humano


La historia del Tarot es, en el fondo, la historia del ser humano buscando comprender su destino, su propósito y su conexión con el todo. Conocer sus orígenes no solo nos conecta con su tradición, sino que nos ayuda a revalorizarlo como un camino espiritual y terapéutico, más allá de la simple adivinación.

Hoy, el Tarot nos invita a una práctica consciente. Cuando nos acercamos al Tarot desde la curiosidad, la paciencia y el respeto, descubrimos que cada carta es una puerta hacia nuestro propio viaje interior.


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